Quien me ha robado el mes de abril?

06 Dic

Caminàbamos por una lìnea de asfalto negro, serpiente entre las montañas del Norte. Arena y desierto entre nosotros el pasado y cualquier futuro posible. Los kilometros entre nosotros y la capital tenìan tres cifras por lo menos; ya no se contaban. Una casa escondida entre piedras y cactus, y un hombre con ojos de hielo detràs de la puerta, “los amigos de la noche son amigos mios”, dijo.

Sacò una guitarra y empezò a cantar. Era boliviano, pero en aquel entonces era sobretodo una voz, y no era nada màs que su voz, entidad llena y cargada de nostalgia misteriosa.
Cantò una hora o toda una noche, y eran historias de montañas y asfalto y polvo y desierto y noche y nosotros y todo.

Historias que todavia siguen, que se repiten en la obscuridad del cotidiano.
Y nosotros continuamos a caminar, detràs de otras voces y nuevos desiertos.

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Diary of a Baltic Man

Real Eyes. Real Lies. Realize.


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