…acaso alguna alegrìa recòndita que proviene de tu juventud y de la primavera, y que no se resigna a estar encerrada en un cuartucho, te impele hacia el vasto bosque, hacia el mar…
Pan, de Knut Hamsun, es un amigo un poco deprimido que cuando lo encuentras te cuenta sus desastrosas novedades sobre su amor imposible y un poco enfermo.
Tu lo escuchas, sin hacerle demasiado caso, y cuando te encuentras y te sientas frente a èl, al final estàs siempre demasiado atropellado por tu misma vida, para escuchar lo que tu amigo ha de contarte. Le pones cara bonita, y sus palabras te entran en el oìdo para flotar en un espacio que no està apto para procesarlas.
Hasta que una noche, mientras tu amigo, como siempre, habla, todo te aparde repente claro. Su historia, tu historia, la historia. Cuentos de amor, energias poderosas que – como la diosa Shiva – tienen la facultad de crealo y destruirlo todo. Tu amigo habla de ti, habla tambièn de ti, y aunque ahora todo te parece tan claro, no deja de estar asombrosamente negro, y sin fin.