ibamos para rutas perdidas. và inas bakà nas que de pronto se entrelazaban en el humo de medellìn o en trago de mendoza, pero siempre habìan palmeras. Palmeras y un sueco cantando, cagando y cantando. musicas y palabras, pasos y palabras, cosas y palabras. charlas bastante imposibles y para esto reales, tal vèz conversaciones gastronomicas sabrosas y elegantes.
éramos buena gente, la que se busca y se encuentra viajando, y se despide en un buzòn de mensajes porque sabe que el mañana lo decide el jazz.
iremos para rutas perdidas. cañazos y vodka ojalà se entrelazaran entre el ciel de caribe y el mar de Crimea.