El sexo como un lenguaje
o mejor:
como la sublimaciòn del lenguaje
como un discurso que cambia de forma,
para volverse su mismo contenido.
Cuando tu y yo nos hundimos en aquella oscuridad humeda y todo se hace
osmosis
nos estamos diciendo mucho màs de cuanto no hayan hecho las palabras
que nos trayeron hacia allì.
Sobre mi piel se derriten tus miedos y tu deseo
entre tus piernas amarras todo lo que no sabrìa decirte.
El olvido en los sentidos se hace confesiòn
se hace promesa
se hace un sinònimo de nuestro ser màs escondido
[que justamente por ser escondido, no tiene nombre].
Cada movimiento tuyo es una palabra
cada vez que yo empujo, es un verbo
el sujeto serà solo y siempre una unica conjugaciòn
un “nosotros”.
Es por eso que el sexo para su mismo deja la boca seca.
Es como encontrarse, los dos, a la mesita de un restaurante
y esperar que la mesera llegue con la ordinaciòn
sin que ya se tenga algo por decir.
Es por eso que el sexo converitdo en rutina tiene el mismo sabor
de aquellos dialogos que nacen
solo
para destruir
el silencio.
Aquellos dialogos en los cuales ya se conoce la palabra del otro
[y por esto ya no se escucha].
Es un lenguaje, el sexo.
Bueno para los insultos, las divagaciones, las confesiones, la poesia.
Solo se necesita algo por decir.